La dualidad de la Burguesía Tilinga siempre hará flamear su bandera de la hipocresía moral, es lo que le pertenece y lo único que sabe usar muy bien.
Tal es el ejemplo del Senado, aquellos que se llenaron la boca hablando de ética durante la crisis económica de principio de siglo, pidiendo justicia, u hoy en día, cuando adornan su retórica mencionando a los pobres, pero actúan como fieras salvajes protegiendo su propiedad. Esta a la vista que la pobreza ante sus ojos no es la pobreza moral, o la falta de ética, para ellos la pobreza es puramente económica, es la que se mide en el mercado, y en ese mercado ellos defienden los intereses de sus patrones.
Por dichas razones, se opusieron a la 125, a la redistrubucion de la riqueza,realizaron fuertes criticas al Fondo del Bicentenario, y a través de sus modales civilizados y cultos, típico de "los niños bien" se cuidan y aconsejan de no hacer ruido, de lograr consenso para que lleguen “los invasores” disfrazados de inversores, actuando como los históricos cipayos de turno.
Hoy estos Liberales se encuentran refugiados bajo el paraguas de la oposición, se aglutinan a criticar sin fundamentos el modelo que el gobierno de la presidente Cristina Fernandez. Enmascaradamente se oponen a las asignaciones familiares, a la jubilación en manos del Estado, al crecimiento laboral, y al crecimiento de la Obra Publica, en síntesis a la felicidad del pueblo, aunque prediquen su preocupación por la pobreza.
Igualmente no pueden con sus orígenes y terminan mostrando una vez más la hilacha, cuando la realidad los junta en su tan ansiado "proyecto de consenso" para defender los resabios del modelo de los ´90, corren desesperados para no salir en la foto con su progenitor, huyendo del "demonio leproso" por un lado, pero pidiéndole por favor, que no los valla a defraudar.
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