Si rápidamente tenemos que buscar un esteriotipo del típico burgués desorientado, se nos viene a la cabeza “el pequibur” aquel que todavía cree que la Argentina termina en la avenida General Paz, el descendiente de un barco de bandera europea, en síntesis, aquel que “San Jauretche” definió como el tilingo.
De este personaje sale el siguiente concepto: Su actitud genuflexa tanto en la práctica como en el accionar, al margen que se identifica con su doble moralidad, también es importante dentro del funcionamiento y la acción de nuestro objeto de estudio ocasional, destacar la falta de coherencia política y social.
Es quien dentro de su visión consumista se ha aferrado a la eterna propiedad de la contradicción a la cual se le suma ya a sus otras características conocidas como la apática y con falta de participación, por el egoísmo bobo. Estas contradicciones son quienes lo hicieron caer en las trampas de la histórica oligarquía, convirtiéndolo en funcional al sistema capitalista, en una palabra, en un señorito lacayo, pero culto.
Podríamos hacer memoria y encontrar un sin fin de sus contradicciones; por ejemplo: en los fines de los ´70 creyó en la bicicleta financiera y termino empeñando el plazo fijo, durante los ´90 su funcionalidad genero desocupación y exclusión de la mayoría de la población, mientras creía formar parte del primer mundo, su berretín le duro poco, hasta que se dio cuenta que se quedo sin sus ahorros (la reacción de salir con su cacerola fue una simple catarsis psicológica para no caer en “la depresión”, enfermedad clasista que solo circula por barrio norte), hasta llegar a las ultimas visiones miopes de salir a defender la 125, perjudicando al pequeño y mediano productor, permitiendo enriquecer a los poderosos de siempre.
La realidad los hace caer en la profundización de esta contradicción, pero quizás la más seria, la dinámica de la política permitió que sus hijos tomen la vanguardia en la discusión de la educación publica, y através de la acción colectiva lleguen de forma inteligente a incorporar el problema de fondo en la agenda publica del gobierno de la ciudad, que es conducido por un ejemplar identificado por el prototipo de personaje en cuestión, esta participación es un cachetazo a la apatía tradicional, es la ruptura de clase que muestra el compromiso de la nueva generación con el proyecto de crear una sociedad mas justa y solidaria dándole una cierta esperanza, a que de alguna ves por todas, la sangre lacaya se licue, dejando en riesgo de extinción a este espécimen de tillingus amaestradus quien con sus contradicciones y su despolitización consumió el mercado de fantasías durante estos tiempos generando el retroceso histórico, que esta llegando a su ocaso.-
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