CON LA FUERZA DEL CENTAURO VIAJAMOS AL MUNDIAL

El pensador Maquiavello, menciona en su obra EL PRINCIPE una metáfora acerca del personaje mitológico conocido como “Centauro”, en dicha imagen se refleja una figura de mitad Bestia y mitad Humano, relacionando la Fuerza por un lado y por el otro el razonamiento.


Esto me motiva a relacionarlo con el trabajo que desarrolló Diego Armando Maradona al frente de la Selección, porque en una mezcla de Fuerza y tenacidad, mezclada con su sapiencia, su experiencia futbolística supo levantar el ánimo de los jugadores y llegar a concretar el paso que hace un mes atrás parecía impensable. El fin terminó justificando a los medios.

Su realización dramática, para con la prensa, no es más que una expresión de interacción de forma instantánea, que fundamenta su rutina de haber hecho visible sus costos invisibles, a través de su carácter de ganador.

Que en el común de la sociedad, pasa a tener un rol de idealización, siendo en resumidas palabras “El Diego de la Gente” una vez mas quien se pone al frente de las circunstancias mas difíciles y logra recuperar ese orgullo, que se sintetiza en la pasión y el coraje de aquel personaje que viene desde el corazón del Pueblo, luchando contra los “Monigotes”, aquellos custodios de los interés monopólicos y contra esa clase que se cree superior y no le permite el éxito, porque no es de su linaje. Resulta que ahora, no solo es “el Villero”, sino que es un “revanchista”, un “anti-sistema”,Maradona es PUEBLO,y  lo que nunca será y queda en claro, uno más de “su clase” por tal razon resulta imperdonable.

Muchos ahora desearan congraciarse con “El Dios” acercándoles aquellas cosas materiales que consideran más precioso entre lo que poseen, o con lo que juzgan más agradable ante los ojos del ídolo, dignos de su grandeza. Deseando, pues, presentarse ante la figura respetada dejando un testimonio de sometimiento, digno de los lacayos de siempre.

Dejando de lado el aprendizaje de fondo que ha dejado “el 10”como persona, el aprendizaje del trabajo, el sacrificio, y los sinsabores. Esos sinsabores que existen, que se corrigen, pero siempre y cuando allá alguien junto a el, para marcárselos a tiempo.

"Para conocer bien la naturaleza de los pueblos hay que ser príncipe, y para conocer la de los príncipes hay que pertenecer al pueblo". Por eso, reconocer que a Maradona, le han pegado duro por su forma de pensar, y por su condición social, no por su trabajo futbolístico, es reconocer en verdad, el único acto de injusticia, hacia el ídolo popular. Estos los verdugos de siempre, después de las actitudes despiadadas, despues de esas equivocaciones de falsos pitonizas , una vez más de las tantas, deben agachar sus cabezas y escuchar el festejo de la tribuna sublevada, reivindicando con su canción futbolera, agradeciendo al hidalgo representante de los humildes, con el  grito estruendoso que baja diciendo: “…Y chupen, chupen, chupen / no dejen de chupar / el Diego es lo mas Grande / del Fútbol Nacional”