jueves, 3 de noviembre de 2011

Un nuevo intendente, una responsabilidad histórica

Un viejo militante peronista me contaba una vez; que cuando gana la formula
Cámpora – Solano Lima, en las elecciones nacionales de 1973, cualquier persona que caminaba por la calle se atribuía el triunfo popular y creían tener pertenencia del gobierno, eso era producto de los 18 años de proscripción del peronismo y todas las vicisitudes que pasaron sus seguidores hasta lograr ese momento histórico.

Comienzo esta nota así, por que me da la sensación de que en San Martín esta sucediendo lo mismo, salvando las diferencias, el triunfo de Gabriel Katopodis, rompió con la hegemonía ivoskista de más de una década en el distrito de San Martín, generando de alguna forma una especie de alivio en los sectores medios y populares. Permitiendo de alguna manera que todos se sientan parte del mismo.

Este recambio, este nuevo cambio de aire, permite observar los movimientos del gran “tablero de ajedrez”, donde se encuentran las piezas firmes, y las que ya no están, éstas últimas rogando que llegue algún peón para tirarles algún salvavidas, de esta manera descubrimos a una gran mayoría que se aferra al triunfo electoral del kirchnerismo municipal y comienzan a realizar largas colas para poder ver al nuevo intendente ofreciéndole lealtad y fidelidad.

Lo que no se quiere aceptar, es que después del 23 de octubre, cambió la política en el distrito, que han aparecido nuevos actores políticos y sociales, quienes tienen la obligación de enderezar el proceso político existente, esto es, tratar de incorporar a San Martín dentro del Proyecto Nacional que encabeza Cristina Fernández de Kirchner, y este trabajo no se realiza solamente desde lo teórico sino que se debe incorporar el “Modelo” en todos sus aspectos dentro del programa de gobierno municipal. Esta especie de negación, obnubila a propios y extraños.

Katopodis tendrá la responsabilidad de elegir su propio equipo y sumar a los aliados, que el considere aptos para afrontar esta etapa histórica, esto implica aceptar la llegada del kirchnerismo puro en su máxima expresión de gestión y de utilización del Estado como herramienta transformadora, por lo tanto, pensar o soñar en que “el Katopodismo” llamará a una gran convocatoria de los sectores que conforman “el todo” del peronismo local es simplemente un infantilismo. Ya que este nuevo espacio es la construcción de ese Kirchnerismo local ausente, que demoró en llegar a San Martín, en el cual recae la impronta no solo de gobernabilidad, sino de sostenimiento de la profundización del Modelo, esto lo tendrá que afirmar con las primeras políticas públicas que tendrá que tomar a partir del 10 de diciembre.

De esta forma, lo que queda es esperar como se reacomodan las piezas en el tablero y como sigue el juego, donde aquellas piezas que llegaron trazaran su estrategia y las que ya no están lo miraran desde un costado del tablero, aunque algunos digan que el triunfo es de todos, al que le toca gobernar, por suerte, es solamente a uno.